truti cantito

sábado 22 de septiembre


Este sábado el taller crujió más que nunca.
.
Leímos la lista de títulos que Malena había propuesto para el diccionario que habían armado todos juntos, con palabras y definiciones inventadas por ellos:
.
FRUTATI CRANTI CUALETI TRANTU BENCLO
RASUNTITA CLNDRAN CHITALINA CREPO
NITA CHALTILANA TURTI SINASTO
RABABI TINCLATATITA CHANTA
RILAN CHUTI NANCLA TRISCLA
NETPO TRINTO ISPARNATI RICHOLOR
PRANTO CLARUMPI QUINTANA
RASTINTA PUPI ÑATA
TROTI CLONTI CHOTI
NUNI PITKITON RATLANI
CLINO TRANPOTILANISTO
BAFRUTA CUTI CHINTALAVI
TRUTI CANTITO
TANCLATURASINPORTA

Las chicas dijeron que lo que había escrito Male se parecía a un cuento escrito en otro idioma, uno en el que predominaba la letra "t". Que algunas palabras existían, pero en el conjunto se volvían extrañas, desconocidas. Que había mucho de fruta.
Que había olor a fruta.

Después recordamos poemas o canciones en los que las palabras (todas o algunas) no tuvieran sentido:
.
“Ape ti, lu cí, yaca ré, le be, vamos a curtir, curti va, car che”
.
“Piso pisuela, color de ciruela, me dijo mi abuela, que sa ques, es te, pie”
.
“Una, do, li, tuá, oso fete, colorete, de la limentá”


Después leímos un poema de Mariano Brull, poeta cubano:

Leyenda

Filiflama alabe cundre
ala olalúnea alífera
alveolea jitanjáfora
liris balumba salífera.

Olivea oleo olorife
alalai cánfora sandra
milingítara girófora
ula ulalundre calandra.

Lo leímos fuerte y bajito, grave y agudo, rápido y lento. Con distintas voces, alternando estrofas y versos, de a dos y de a todos. Inventamos situaciones y personajes usando, sobre todo, la voz (pero también con gestos y miradas).
Escurrimos el sonido: hubo gigantes, enanos, tartamudos, llorones, enojados, resfriados, felices, soñolientos...

Después leímos otro poema, de Tamara Sancy, una chica de Chile:

Jitanjáfora del corazón

Ay tiquititoc tiquititoc tic tic
Ay sibiribop sibiribop sibiribop chin tin
Parachimón parachimón sibiribop tic tic
Tiquititoc tiquititoc ay ay chin tin
Ay ay tic tin ay ay tin chin
¡Tiquitititoc parachimón sibiribop chin chin!

Uno lo leía de corrido. El resto repetía cada uno una palabra distinta ("tiquititoc", "sibiribop", parachimón") y empezaba a repetirla suavemente cuando esta se decía por primera vez. Algunos se tapaban los oídos para no confundirse, y otros se confundían y ¡no importaba!

Luego les contamos a los chicos que el poema imitaba el sonido de una cosa ¿qué podría ser? (el título del poema todavía no lo habían visto). Dijeron un reloj, un tambor, un caballo, un corazón. No había una sola respuesta, pero el sonido algo decía: mucho.

Por último, leímos un poema de Emilio Ballagas, otro poeta cubano:

Poema de la ele

Tierno glú-glú de la ele
ele espiral de glú-glú.
En glorígolo aletear:
palma, clarín, ola, abril...

Tierno la-le-li-lo-lu,
verde tierno, glorimar...
ukelele...balalaika...
En glorígoro aletear,
libre, suelto, saltarín,
¡ tierno glúglú de la ele!

Las chicas observaron que las palabras de este poema tenían muchas eles, que era suave, que las hacía acordar al agua, a las burbjuas...
Cada una lo leyó de un modo distinto, con un color y forma de voz diferentes.


Y después
¡manos a la obra!
Cada una tenía que escribir uno o más poemas con algunas o todas las palabras inventadas, donde predominara una letra. Por ejemplo la "r", la "f", la "e".

Y estos son algunos de los poemas que escribieron:


lilo ligil lgolitil liogil tlogi
totigl loooooooool litil
iolololitalalo lifil tiltit fin


Inés (6 años)



¡Kiwi
Kalum Katate
Kute maku Kapa
Kapa maka Kupa Kin
Kon!

Camila (12 años)



El rosario de Rosario

El rosariode roro Rosario
que un día quiso romar
cuando ella lo romaba
lo quiso morrar

Bianca (8 años)



Después los leyeron, cada una como más le gustaba,
de la manera que mejor pensaban que le quedaba al poema!
.
.
.
.
(Cuadros de Tulio De Sagastizabal)

había una vez

...abril...


Este es el flyer que repartimos en escuelas y dejamos en montoncitos en librerías y otros lugares.
La gente se los llevaba todos, pero no llamaba.
Estábamos tristes, hasta que decidimos empezar igual.





El primer día del taller:

¡Bruno el primero! ¡Y el único!

(Male, por alguna razón, no pudo venir)

Ese día hizo una torre de libros y empezó a tomar azúcar con mate.

También conversamos, chusmeó varios libros, imaginó cómo serían algunos si se convirtieran en personas.

Tal vez lo que habíamos planeado para empezar no estuvo tan bueno, tal vez no fue como nos lo imaginabamos, pero fue el comienzo:

Nació el taller.

Y nos reímos mucho.


*




Ese día fue el 12 de mayo del 2007. Fecha para recordar y festejar.